
cuatro magos callejeros desconocidos, son
reclutados por un
maestro que les enseña trucos sofisticados.
J. Daniel Atlas (Jesse
Eisenberg), Merritt McKinney (Woody
Harrelson), Jack Wilder (Dave Franco) y Henley
Reeves (Isla Fisher), son ilusionistas de poca monta que se dedican a hacer
espectáculos en la calle y timar a transeúntes ingenuos. De forma misteriosa,
los 4 reciben invitaciones de un maestro ilusionista desconocido que impulsa su
carrera. Un año después aparecen en público con el nombre de “Los 4 Jinetes” y
ensamblan un espectáculo fabuloso en Las Vegas, cuya producción es financiada
por el millonario Arthur Tressler (Michael Caine). En el escenario escogen a
una persona del público, que es tele transportada por una máquina y,
en tiempo real, roba un banco en París. El dinero de la bóveda “viaja” en
el espacio y llueve sobre el público, a quien le informan que es para resarcir
lo que los bancos les han quitado en comisiones e intereses.
Este robo llama la atención del FBI, que asigna
al agente Dylan Rhodes (Mark Ruffalo) para investigar y por parte de la
Interpol llega la agente (Melanie Laurent). Además del FBI y la Interpol, “Los
4 Jinetes” son vigilados por Thaddeus Bradley (Morgan Freeman), un
“desenmascarador” de magos que se gana la vida revelando los trucos de
ilusionistas y prestidigitadores. Pero este grupo de jóvenes van un paso
adelante de los detectives y del mismo Thaddeus. La gran expectativa que rodea
a los Cuatro Jinetes gira en torno al misterio de la identidad del líder del
grupo, el Quinto Jinete, así como alrededor de la tesis de Thadeus en el
sentido de que ese acto que ha captado la atención del público es tan solo una
distracción para un golpe más grande.
La cinta dirigida por Louis Leterrier, es –en
sí misma- una gran ilusión y todo un espectáculo visual que se desarrolla entre
humo y espejos, entre los cuales el público se encuentra sumergido. En algunas
ocasiones, se dan pistas posteriores a los sucesos que explican cómo se han
realizado los actos “mágicos” con el fin de distraer al espectador, de manera
que no pueda intuir por sí mismo el desenlace. La premisa es buena y tenía
mucho potencial, sin embargo el énfasis está en los trucos de magia y el
espectáculo, sin profundizar en los personajes. Aún así, vale la pena
distraerse un rato con esta “magia”.
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